Género, defensoras y áreas costero-marinas de relevancia para la biodiversidad

Fundación Ambiente y Recursos Naturales and Fundación Inalafquen (FARN)

Las personas defensoras de los derechos humanos en asuntos ambientales están en la primera línea de la protección de la biodiversidad y la acción climática. Muchas de ellas son agredidas y asesinadas cada año, especialmente en Latinoamérica y el Caribe, la región más peligrosa del mundo en este sentido. Es imperativo aumentar la seguridad y el acceso a la justicia de las personas que defienden el ambiente y los derechos de sus comunidades, especialmente de las mujeres, cuya vulnerabilidad a las amenazas se agrava debido a la violencia basada en género y, en el caso de las mujeres indígenas y rurales, por el impacto desproporcionado que sufren por la pérdida de biodiversidad y por los obstáculos culturales, económicos y sociales que enfrentan para ejercer su ciudadanía ambiental de manera plena.

Los marcos políticos internacionales y herramientas regionales en consonancia con los enfoques basados en los derechos humanos, como el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (MMB) del CDB y el Acuerdo de Escazú respectivamente, son de suma importancia para ello. Son herramientas clave para lograr un mundo sostenible y justo, con pleno reconocimiento y respeto de los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales a la tierra, territorios, recursos y conocimientos tradicionales, y para la protección de defensores y defensoras.

Las mujeres juegan un papel fundamental en la implementación del MMB.

Sin embargo, la inclusión entre corchetes de lenguaje relacionado con derechos humanos, mujeres y personas defensoras del ambiente en los textos actualmente en negociación sobre biodiversidad y cambio climático, así como la falta de compromiso con la participación robusta de una amplia variedad de actores en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad costero-marina, genera preocupación. Esto incluye el reconocimiento del consentimiento libre, previo e informado, y la participación efectiva de pueblos indígenas, comunidades locales, mujeres, niñas, niños, jóvenes y personas con discapacidad, lo cual no está en línea con el lenguaje ya acordado en el MMB.

Liz Assef, defensora ambiental de la reserva natural provincial Bahía de San Antonio, en la provincia de Rio Negro, Argentina asevera que “las mujeres hacemos ciencia, restauración, incidencia política, educamos a futuras generaciones, ante la avanzada extractivista sobre zonas costero marinas, como el desarrollo inmobiliario de gran escala o la extracción de gas y petróleo en el mar que coincide con áreas de alto valor para la biodiversidad que sostienen centenares de puestos de trabajo relacionados al turismo y la salud de personas y especies”.

Es tiempo de quitar los corchetes en torno al lenguaje de derechos humanos, mujeres y personas defensoras del ambiente y elevar su rol en la protección costero-marina y acción climática.